jueves, 6 de noviembre de 2014

¿Es saludable comer carne?

El título de éste post se refiere a una controversia existente hoy día en el área de nutrición. Es decir  si el consumo de carne es o no saludable. Desde hace unos 50-60 años los médicos y profesionales de la salud nos vienen repitiendo como loros que hay que bajar el consumo de carne debido a que de esta manera disminuimos el consumo de ácidos grasos saturados que son los que según ellos producen las enfermedades relacionados con el corazón. Lo mismo ha sucedido con los huevos, un superalimento, que ha sido masacrado por poseer un alto contenido de colesterol, una molécula importantísima para el cuerpo humano. Bien, resulta que los últimos estudios serios sobre los huevos han arrojado que NO HAY ninguna relación entre el consumo de huevos y enfermedades cardiovasculares hasta tal punto que hoy día se está recomendando cunsumir más huevos.

¿Podría suceder lo mismo con la carne?

Pero antes de entrar en la posible relación entre el consumo de carne y las enfermedades es necesario examinar la relación evolutiva del hombre con el consumo de carne en su dieta. Por lo que en esta primera parte se examinará esa relación evolutiva y en un post posterior lo saludable o no del consumo de carne

¿Cuál es la relación evolutiva del ser humano con el consumo de carne?

Los seres humanos tienen una relación “carnal” con la carne (disculpen la redundancia) pero lo que sucede es que la evolución humana tiene una estrecha relación (y yo diría hasta visceral) con el consumo de carne. Nosotros los biólogos aprendemos desde una muy temprana edad que el ser humano fue evolucionado y que nuestros antecesores fueron cambiando su alimentación de una de tipo “vegetariano” a una rica en carnes. Es que la carne desde un punto de vista energético es “más eficiente” que los vegetales ya que una cantidad mucho más pequeña proporciona mucho más energía.

Pero tratemos de analizar un poco más en detalle la relación hombre-carne. Nadie sabe exactamente como era la dieta del Homo sapiens hace millones de años pero la evidencia parece sostener que nuestros ancestros (que divergieron de los de los chimpancés) hace aproximadamente 5-7 millones de años probablemente tenían una dieta parecida a la de los chimpancés modernos: frutas, semillas, hojas / tallos, e insectos, en orden decreciente de importancia.

El género Homo (al cual pertenecemos como especie biológica) surgió hace 2,6 millones años en el Este de África. Esta transición se caracteriza por la aparición de herramientas de piedra en el registro arqueológico. Los primeros seres humanos comenzaron a experimentar una notable transformación física, lo que representó (en gran parte) una adaptación  progresiva a una nueva estrategia de subsistencia. Nuestro cerebro se duplicó en volumen, nuestro intestino se hizo más pequeño, y la proporción de intestino delgado/intestino grueso se incrementó. Nuestros dientes y las mandíbulas se hicieron más pequeños y menos robustos.

¿Qué significa todo esto? Es difícil estar totalmente seguro pero el cambio de un ser humano con un intestino grueso dominante a otro con un intestino delgado dominante significa una adaptación a un cambio de una dieta rica en fibra (hojas, tallos y frutas) a una dieta rica en carne y tubérculos y raíces. El intestino delgado es el que rompe y absorbe las proteínas, carbohidratos y grasas mientras que el intestino grueso “fermenta” fibra para extraer energía (para ser exactos quien fermenta la fibra es la flora microbiana del intestino grueso). Nadie sabe exactamente como fué la dieta del humano desde nuestros antepasados hasta hace unos pocos cientos de años pero los datos más recientes de cazadores-recolectores humanos del Paleolítico en Europa (Homo sapiens y Homo neanderthalensis) sugieren que es probable que consumían una gran cantidad de carne, como parte de una dieta omnívora variada.

¿Cómo ha sido la relación del humano con el consumo de carne en el período más reciente?

Es indudable que existe una relación directa y confortable del humano con las dietas ricas en carne en el período histórico más reciente. Existe un estudio bastante exhaustivo (ver abajo) en donde se examinaron las dietas de grupos humanos recolectores-cazadores recientes (Cordain y otros, 2000).

Ellos examinaron datos sobre 229 grupos humanos y llegaron a las siguientes conclusiones:
1) Ninguno era vegetariano o vegano.
2) El consumo de alimentos de animales varió ampliamente entre culturas.
3) En promedio, los alimentos de origen animal suministran más de la mitad de todas las calorías.

Aunque todo estudio científico puede ser criticado de alguna manera (de éste se ha dicho que le ha faltado rigurosidad) lo cierto es que hoy día la mayoría de los grupos humanos poseen una apetencia   innata por el consumo de carne. Sin embargo, hace 10000 años aproximadamente surgió la agricultura y esto ocasionó un cambio de dieta significativo hacia cereales, raíces y tubérculos que también son eficientes desde el punto de vista calórico pero NO desde el punto de vista proteíco. Sin embargo, la afinidad del ser humano moderno por el consumo de carne (excepto por razones religiosas) es un rasgo característico de todos los grupos humanos modernos.

Existe posiblemente una razón biológica adicional por la cual el humano está condicionado obligatoriamente a ingerir carne. Se trata de un nutriente básico: la vitamina B12. Apartando lo modernos suplementos dietarios, una dieta rica en carne es la única que puede suministrar en cantidades suficientes este importante y esencial nutriente.


En resumen, existe una relación evolutiva estrecha entre el desarrollo del ser humano y el consumo de carne. El argumento de la vitamina B12 casi que impone una obligatoriedad de consumo de carne para subsistir como especie. Entonces, pareciera que el ser humano está adaptado al consumo de carne. Pero, dicho consumo ¿será definitivamente saludable? En un próximo post se tratará de abordar esta pregunta.

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